En SOA, pensamos y mantenemos la importancia, de unos valores y principios firmes en las relaciones sociales y laborales con la empresa. La motivación para conseguir los objetivos, la actitud proactiva en el desarrollo de las funciones, los valores de las personas en su aspecto social, el reconocimiento de su recualificación profesional y una correcta aplicación de los acuerdos pactados. Son los ejes sobre los que ha de girar la organización del trabajo en General Motors España, para gestionar, de la mejor forma posible los difíciles momentos que atravesamos tanto la empresa como las personas que trabajamos en ella.
La motivación, la actitud, los valores sociales de las personas y la recualificación profesional, se deben anteponer en la mejora continua, a los continuos Kaizen, Gollfass, nuevo sistema de montaje del vehículo conocido como SPS (Set Part Strategy), 5S, TPM y el incremento de la velocidad de la línea de montaje. Eje este sobre el que ha pivotado la mejora continua, implantada por la empresa de forma literal y en la que han participado con poco entusiasmo los trabajadores. Este poco entusiasmo a lanzado un mensaje: General Motors España debe aplicar la importancia de los valores personales y la motivación profesional de los trabajadores para gestionar la organización del trabajo en la empresa. Nada va a volver a ser como era antes. Se ha producido un cambio radical en la organización del trabajo y con la reestructuración de la empresa se han modificado aspectos que tienen que ver con temas estructurales de nuestra negociación colectiva. Vacaciones, pausas de descanso, permisos asuntos propios, rotaciones de puestos de trabajo y recualificación profesional.
La empresa tiene que generar el contexto por el que los trabajadores se pueden motivar. Los valores no son los que están pegados en la pared porque lo dice la empresa. Los verdaderos valores nacen de las situaciones y problemas que padecen todos los días los trabajadores y los criterios y decisiones que se utilizan para dar soluciones dentro de la empresa cada día.
Hay que diferenciar entre no contrariar a nuestros interlocutores porque coincidimos con sus propuestas, opiniones o planteamientos, y hacerlo por sistema, siempre y en cualquier circunstancia.
Si no expresamos nuestro desacuerdo cuando discrepamos en cuestiones importantes, o si hacemos lo que consideramos inapropiado o nos resulta perjudicial para nuestros intereses, estamos haciendo prevalecer las necesidades, opiniones o deseos de los demás a los nuestros.
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